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Alfonso Lugo: el escultor de madera que guarda los secretos del Llano

Alfonso Lugo Garzón, un artista que ha dejado huella en Mesetas, Meta, con cultura, arte e historia.
Alfonso Lugo Garzón: el escultor y músico que dejó huella cultural en Mesetas, Meta
Foto: Betty Usme López
Betty Usme Lopez

Su llegada al territorio llanero se remonta a los años 70, cuando arribó al municipio de Puerto Lleras en busca de nuevos horizontes, donde se empleó en el trabajo de campo como jornalero, sin dejar atrás su pasión por interpretar la guitarra, un talento que le era de sumo agrado compartir con todo aquel que quisiera aprender.

“En ese municipio conocí a un niño que era invidente. Entonces le dije: ‘Muchacho, ¿quiere aprender a tocar guitarra?’ Ese niño, al mes, ya era un experto tocando la guitarra y me acompañaba en las interpretaciones”, mencionó Alfonso Lugo Garzón, gestor cultural de Mesetas.

Alfonso es oriundo de Topaipí, Cundinamarca, desde donde migró a nuevos territorios a probar suerte. Su pasión por la música está ligada con su interés por las riquezas misteriosas que permanecen ocultas y que conservan algún tipo de misterio, como lugares encantados o riquezas que fueron escondidas por comunidades ancestrales.


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“De Puerto Lleras me trasladé a Mesetas, donde un señor me invitó a sacar oro. La búsqueda de oro me llevó a conocer el resguardo indígena Lucía, donde les enseñé a los jóvenes a interpretar la guitarra. Eso fue más o menos para los años de 1984”, afirmó el escultor.

El recrudecimiento de la violencia lo llevó a tener que salir del territorio hacia el municipio de Fuentedeoro, donde duró nueve años ejerciendo el arte de tallar madera, un oficio que hoy, a sus 83 años, aún realiza con vigor, alegría y del cual se siente muy orgulloso.

Su vida ha transcurrido entre el caminar por los territorios, la curiosidad por las riquezas escondidas, el tallar figuras en madera y las parrandas campesinas acompañadas de guitarras hasta altas horas de la madrugada, en los años antes que la violencia se desatara en Mesetas, donde era considerado una eminencia interpretando la guitarra.

“Lo invitaban a uno los vecinos a las fiestas, se podía uno pasar dos o tres veredas a medianoche en sus territorios a tocar música, eran unos tiempos tan buenos. Había un señor que me acompañaba a tocar todos los pasillos viejos que nos sabíamos”, contó el artista.

Don Alfonso conserva en su memoria un lienzo de recuerdos donde tiene plasmado el mapa que, según le han contado y según sus vivencias, describe los lugares donde hay riquezas enterradas o son yacimientos naturales que esconden misterios, figuras que él ha reflejado en obras de madera.

Pero su memoria no solo resguarda sigilosamente ese lienzo: también almacena parte de la historia de la cultura musical de este territorio, labor por la cual obtuvo un reconocimiento de la Casa de la Cultura de Mesetas como gestor cultural del municipio.

Hoy día, el escultor pasa sus días en su taller de madera tallando paisajes, figuras, aves, creando arte. Talento que le gustaría compartir, para dejar un legado no solo en la música sino también de su talento como creador de obras de arte en madera.

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