De víctima del conflicto a autor: la historia de un campesino resiliente
En una humilde vivienda ubicada en la vía que de La Paz comunica con Valledupar, en el departamento del Cesar, habita Enrique Orozco Gutiérrez, un campesino víctima de desplazamiento que, en el año 2000, fue desterrado por la confrontación que existía entre las autodefensas y la guerrilla de las extintas Farc en La Serranía del Perijá, cuando vivía en la vereda El Progreso, entre Agustín Codazzi y Becerril.
Los grupos insurgentes lo llevaron a salir huyendo con su familia, pero lo que nunca se esperó Enrique era que su historia sería el inicio de una carrera literaria al narrar en un libro titulado Desplazados la manera cómo con las manos vacías tuvo que salir de su parcela para no ser asesinado y comenzar desde cero.
“El libro Desplazados es la historia de cualquier campesino que ha tenido que vivir los efectos de la violencia en este país; es el 95% de mi vivencia la que se adapta a aquellos que tuvieron que salir de sus tierras a otros lugares para preservar su vida, para quienes hoy esperan lograr olvidar lo difícil que fue ese pasado oscuro que vivieron muchos colombianos humildes”, precisó Orozco Gutiérrez.
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En su libro de 74 páginas, este campesino de 59 años cuenta con detalles la tristeza que viven quienes han tenido que salir desplazados de su tierra por culpa de la violencia sin sentido que han tenido que vivir los colombianos, debido a la confrontación entre grupos insurgentes, los cuales terminaron afectando a miles de colombianos, sobre todo aquellos que habitaban en la ruralidad en departamentos como el Cesar.
En esta obra el autor narra su historia, pero cambiando su nombre por el de Nelson Mora para reservar su identidad por temor en el momento de la publicación. En las páginas se evidencia que este campesino, ilusionado, se fue al campo y puso todo su futuro en una finca que había comprado.
Sus esfuerzos lo llevaron a convertirse en una persona reconocida e influyente de la zona, llegando a convertirse en el presidente de la Junta Acción Comunal de la vereda El Progreso. Esta situación y el trabajo social que venía realizando con su comunidad comenzaron a traerle inconvenientes, debido a que los grupos armados lo pusieron en la mira; por eso tuvo que salir junto a su familia del territorio hacia el vecino país de Venezuela.
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“En la parte alta donde estaba la vereda era zona de guerrilla y en la parte baja había presencia de paramilitares. Los campesinos quedamos entre la línea de fuego. "Si las personas bajaban a hacer compra, la guerrilla decía que eran informantes de los paramilitares y si el campesino subía con compras, los paramilitares decían que los mercados eran para la guerrilla”, explica Enrique Orozco.
Él asegura que, después de varios años de haber vivido este hecho victimizante, cuando lee el libro, el cual prácticamente ya recita de memoria, llora al recordar esos momentos difíciles que tuvo que pasar.
Con su obra, que es la misma de cientos de colombianos, Enrique busca que las nuevas generaciones o personas que no han padecido el conflicto hagan memoria para que estos hechos no se vuelvan a repetir.
