El expresidente Ernesto Samper cuestionó este viernes la falta de acompañamiento del empresariado colombiano al presidente Gustavo Petro durante su participación en la cumbre CELAC-China, celebrada en la ciudad de Nanchang, al tiempo que denunció el temor de los gremios económicos frente a Estados Unidos y su rol en el hundimiento de la consulta popular propuesta por el Gobierno.
La afirmación fue hecha a través de su cuenta oficial de X, donde Samper comparó el respaldo del sector privado en otros países de América Latina con la actitud adoptada por los empresarios colombianos. “Mientras más de 200 empresarios acompañaron al presidente de Brasil, @LulaOficial, y cerca de 60 al presidente de Chile, @GabrielBoric, a la CELAC en China buscando oportunidades económicas, los empresarios colombianos, liderados por el presidente de la @ANDI_Colombia, se quedaron en el país temerosos de Estados Unidos y tumbando la consulta popular”, escribió el exmandatario.
Una ausencia que evidencia divisiones internas
La ausencia del sector privado colombiano en el foro con China ha sido notoria. Mientras otras delegaciones aprovecharon la cumbre para fortalecer sus relaciones comerciales y atraer inversión asiática, Colombia avanzó en una agenda estratégica liderada por el presidente Gustavo Petro, centrada en la adhesión a la Ruta de la Seda, la cooperación tecnológica y la transición energética.
Durante su discurso en la CELAC-China, el mandatario colombiano propuso convertir a América del Sur en una potencia solar global, impulsar la descarbonización a través de inversión verde, y establecer conexiones de inteligencia artificial entre China, Colombia, África y Europa. Una visión de futuro que, sin embargo, no contó con el acompañamiento institucional de los gremios económicos del país.
Tiempos de reacomodo: la ANDI y el papel político de los gremios
La crítica de Samper se inscribe en un contexto de creciente tensión entre el Gobierno nacional y sectores del empresariado. La Asociación Nacional de Empresarios (ANDI), en cabeza de Bruce Mac Master, ha estado en el centro del debate tras revelarse documentos internos donde se promueven estrategias jurídicas y mediáticas para frenar las reformas sociales del Gobierno, especialmente la reforma a la salud y la intervención al sistema de EPS.
Este distanciamiento ha derivado en una postura ambigua frente a oportunidades económicas como la Ruta de la Seda, que países vecinos están aprovechando con fuerte respaldo empresarial. La decisión de no participar en la CELAC-China marca, para varios sectores, una señal de desconexión entre el interés nacional y el cálculo político de algunos gremios.
Temor a Estados Unidos
Colombia no solo se adhirió a la Ruta de la Seda durante este viaje oficial, sino que aseguró inversiones estratégicas, fortaleció alianzas bilaterales y propuso una visión de cooperación multilateral sin bloques, basada en la paz, la sostenibilidad y la innovación.
Para Samper, la ausencia de los empresarios refleja una subordinación preocupante: “temerosos de Estados Unidos”, escribió, sugiriendo que la política exterior de algunos sectores sigue condicionada por presiones internacionales y que, mientras América Latina avanza en su integración con Asia, Colombia se estanca en tensiones internas.
Consulta popular hundida, Reforma Laboral en riesgo
La crítica se agudiza si se tiene en cuenta que, en paralelo al viaje presidencial, el Senado colombiano rechazó la consulta popular con 49 votos contra 47, en una sesión marcada por denuncias de fraude y exclusión de votos. Una consulta que buscaba, precisamente, devolverle la voz a la ciudadanía frente a la reforma laboral que fue archivada por los partidos tradicionales.
Mientras la reforma laboral revive en medio de maniobras legislativas y sin mayor respaldo en el Congreso, el bloque político-económico que frenó la consulta popular se reafirma como el principal opositor a la transformación social que impulsa el Gobierno.
Un llamado de atención desde la experiencia
Ernesto Samper, quien fue presidente entre 1994 y 1998 y secretario general de UNASUR, ha mantenido una postura crítica frente a la influencia de poderes empresariales en la democracia latinoamericana. Su declaración de este viernes reafirma que el vacío de respaldo a la agenda internacional del presidente Petro no es casual, sino parte de un reacomodamiento de fuerzas que busca limitar el alcance del reformismo social.