1 de agosto día de la Pachamama: un llamado a reconectar con la Madre Tierra
Cada 1 de agosto, los pueblos andinos de América del Sur celebran el Día de la Pachamama, una festividad milenaria que honra a la Madre Tierra como fuente de toda vida. Esta celebración tiene sus raíces más profundas en Bolivia, Perú, Ecuador y el norte argentino y su mensaje tiene especial fuerza en Colombia, donde las comunidades indígenas han mantenido durante siglos una relación sagrada con la naturaleza.
La palabra "Pachamama" proviene del quechua: "Pacha" significa tierra, mundo, universo, tiempo y espacio, mientras que "Mama" se traduce como madre. Es decir, la Madre Tierra, quien da vida y alimenta.
Pasos que siembran esperanza
En las grandes extensiones de la Amazonía del Guaviare, donde la sabana abraza a la selva amazónica, las comunidades indígenas Nukak, Jiw, Tucano, Puinave, Sikuani, entre otras 20, mantienen vivas sus prácticas ancestrales cuidando a la Pachamama. Al caminar por sus territorios, consumen los frutos que la selva les ofrece: el nutritivo açaí, el dulce moriche, la refrescante cocona. Las semillas de estos frutos que llegan al suelo a medida que avanzan y así germinan la nueva vida que sigue sus huellas.
El Taita Alberto Díaz Queta de la etnia cofán del valle del Guamuez – Putumayo pide respeto para la madre naturaleza, que es vida para toda la humanidad. Ellos defienden la tradición de sus ancestros: la paz y la defensa del territorio, porque sin él no podemos convivir.
🌱 1 de agosto | Día de la Pachamama 🌎
“El territorio no se posee, se respeta.”
El Taita Alberto Díaz Queta, de la etnia cofán en el Putumayo, nos recuerda que la Madre Tierra es vida para toda la humanidad.
Hoy, más que nunca, su llamado resuena: defender la naturaleza es… pic.twitter.com/x0fmEQciBS— Radio Nacional CO (@RadNalCo) August 1, 2025
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La Madre Tierra en medio de aciertos y desafíos
La ministra de ambiente Lena Estrada anunció que la deforestación en la Amazonía colombiana se redujo en un 33% durante el primer trimestre de 2025, según el boletín de Detección Temprana de Deforestación del Ideam. Esto evidencia el éxito de políticas de conservación que tienen en cuenta la vida digna de las comunidades locales.
Sin embargo, la construcción no autorizada de vías en áreas protegidas, la pérdida de humedales, especies nativas y comunidades indígenas fragmenta ecosistemas vitales como la Amazonía y por eso corren el riesgo de desaparecer.
Los guardianes de la Pachamama
Las comunidades indígenas de Colombia han sido, desde tiempos ancestrales, los protectores más efectivos de la biodiversidad nacional. Su presencia en los territorios no representa una amenaza para los ecosistemas, sino todo lo contrario: su cultura tradicional ha permitido la conservación de grandes extensiones de bosques, ríos y montañas.
Estas comunidades entienden lo que la ciencia moderna está redescubriendo: que la salud de los ecosistemas y la vida humana están intrínsecamente conectadas. Para ellos, cuidar la Pachamama no es una opción, sino una responsabilidad sagrada.
Los pueblos originarios enseñan que el territorio no es algo externo que se puede dominar, explotar o poseer. Para ellos, el territorio es extensión de su propio cuerpo, de su identidad, de su espiritualidad. No se conciben fuera del bosque, del río, de la montaña, porque reconocen que son parte de un sistema vivo donde todo está interconectado. Esta cosmovisión contrasta con el modelo occidental que ha predominado en nuestro desarrollo capitalista: la naturaleza como recurso, el territorio como mercancía, los ecosistemas como espacios para conquistar.
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Lecciones para Colombia
La celebración de la Pachamama nos recuerda que somos parte de un todo mayor, que nuestra existencia depende del equilibrio de los ecosistemas y que tenemos la responsabilidad de actuar como guardianes, no como conquistadores.
Tenemos la oportunidad de elegir: podemos seguir siendo una especie destructiva que agota los recursos que la sustentan o podemos aprender de quienes han logrado vivir en armonía con la Pachamama durante milenios.
En este Día de la Pachamama, Colombia tiene la oportunidad de abrazar una nueva relación con su territorio. Una basada en el respeto, la reciprocidad y el reconocimiento de que, sin agua, sin árboles, sin animales, no puede existir la vida humana. Mientras que la Pachamama, con toda su biodiversidad, puede existir perfectamente sin nosotros.