Pescadores del Caribe, en alerta por medidas de EE. UU. y temor a ataques en alta mar
Los pescadores del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina viven con preocupación tras los recientes ataques de Estados Unidos a embarcaciones en el mar Caribe. Desde septiembre, al menos seis embarcaciones sospechosas de narcotráfico han sido atacadas, dejando un saldo de 29 personas fallecidas, según reportes de medios internacionales. Las acciones han sido justificadas por la administración Trump como parte de la “guerra contra los carteles”, pero se han realizado sin presentar pruebas concretas ni procesos legales previos, lo que genera preocupación entre los pescadores locales, quienes temen que sus embarcaciones puedan ser blanco de intervenciones bajo el argumento de "lucha contra el narcotráfico".
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“Una de las cosas que más nos preocupa es el tema de aguas internacionales. Tras el fallo de La Haya, que redefinió los límites marítimos entre Colombia y Nicaragua, gran parte de nuestras zonas de pesca quedaron enclavadas allí, lo que podría ser una excusa para intervenir nuestras embarcaciones”, señaló Erlid Arroyo, vocero de los pescadores de Providencia. En esta isla, los bancos de pesca se encuentran a 60 millas náuticas, y acceder a ellos implica navegar por aguas internacionales, además de rutas frecuentadas por narcotraficantes. “No creemos que estas acciones sean solo una lucha contra el narcotráfico; estamos dentro de una política internacional que nos considera una ruta para el tráfico de drogas, y en cualquier momento podrían atentar contra nuestras embarcaciones”, agregó Arroyo.
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En San Andrés, la situación es similar. Carlos Bryan, pescador y líder de CoopRaizal, afirmó que “no todos los que se hacen a la mar son narcotraficantes” y expresó su temor por la seguridad de los pescadores. Hizo un llamado al presidente Gustavo Petro para que refuerce la protección en la región y garantice la seguridad de quienes dependen del mar para su sustento.
El presidente Petro ha rechazado cualquier acción que ponga en riesgo la estabilidad y el respeto mutuo en el Caribe, insistiendo en la importancia de proteger tanto la seguridad de los habitantes como la soberanía alimentaria del archipiélago.
