Cuando en el mes de junio el municipio de San Vicente del Caguán se pone modo baile del Yariseño, los jóvenes brincan de felicidad. Con sus trajes repletos de identidad rinden homenaje a la diversidad cultural de la colonización que se proyecta a través del bambuco del Huila, el joropo del Meta y los pasillos del otrora Tolima Grande, tres ritmos que componen esta danza propia de la Amazonia colombiana.
Crecer de la mano del Yariseño
Al sur de Colombia, al norte del departamento de Caquetá, donde los aires de la cordillera oriental se mezclan con las corrientes de las sábanas del Yarí, se baila Yariseño. Un ritmo cuya semilla da cuenta del proceso de colonización que hombres y mujeres iniciaron a finales del siglo XIX atraídos por la explotación de la quina, y que se afianzo década tras década con el desarrollo de actividades agrícolas y ganaderas.
En estas tierras nació Nicole Dayana Fierro Sánchez, una joven de 15 años que le sonríe al Yariseño desde su proceso de formación en la academia Danzarte mientras sueña con estudiar medicina. Su trayectoria como bailarina inició en el Liceo Moderno Nelly Perdomo de Falla cuando cursaba octavo grado y logro alzarse con el segundo puesto del festival estudiantil que da entrada al Festival que durante 34 años han vivido propios y visitantes en San Vicente del Caguán.
Y como para bailar se necesitan dos, según el viejo dicho, Johan Sebastián Acuña Aragón de 21 años la acompaña en cada paso y figura que compone la coreografía del Yariseño. Siguiendo las huellas de su padre, parejo oficial y víctima del conflicto armado en el municipio de El Paujil cuando apenas Johan tenía 40 días de nacido, este joven vive el espíritu del Yariseño desde que tiene siete años de edad; proceso cultural que actualmente busca profesionalizar cursando estudios de Licenciatura en Educación Artística en la Universidad de la Amazonia en Florencia.
´Canto de la Amazonia al despertar´
Son tiempos festivos a las orillas del río Caguán, las embajadoras culturales y comparsas rinden homenaje a este ritmo mientras el pueblo se viste de fiesta y con sombrero y poncho baja de la cordillera y suben por las sábanas para decirle al país que la paz es el camino.
“Es un baile muy lindo y exigente, una experiencia bonita que inicié por influencia de mi hermano que desde niño es parejo del Yariseño, siente alegría al bailar”, narra Nicole Dayana Fierro Sánchez, mientras luce su vestido elaborado con tela de Bayetilla decorado con figuras coloridas del toro criollo caqueteño, el tucán, la danta, el pájaro pechirrojo, la boruga, el pez peje y la tortuga charapa propios del río Caguán. Y especies de flora como las heliconias platanillo, ginger, bastón de rey, y la flor del Yarí.
Desde su experiencia como formador y gestor cultural desarrollado en la Casa de la Cultura de San Vicente del Caguán, Johan Sebastián Acuña Aragón, destaca que el baile del Yariseño implica un trabajo arduo. Su proceso de aprendizaje pasa por conocer la historia, costumbres del municipio, significados de las figuras y los pasos que se ejecutan en los tres ritmos que lo componen; respetando el lineamiento artístico cultural y la postura propia de un baile de proyección cuya coreografía se ejecuta sobre la flor del Yarí que tiene seis pétalos.
“El Yariseño es un honor ejecutarlo y tener en cuenta esta identidad máxima del emporio ganadero del departamento del Caquetá es un orgullo”, resalta el joven vestido de sombrero de pindo y traje decorado con una guacamaya, compuesto por una justa, cinturón, poncho y alpargatas de joropo.
Y mientras los bailarines ejercen su labor de formadores y preparación con tres meses de anticipación y las familias se reúnen para apoyar su embajadora cultural favorita, un solo mensaje se envía al país:
“Conozcan este territorio de paz, sus tradiciones, no somos una población que vive siempre en la violencia, somos un territorio lleno de fauna, flora, gastronomía, armonía, amor, somos campesinos, ciudadanos que bailan al ritmo del Yariseño”, dicen en conjunto la pareja del Yariseño antes de empezar el baile.
Programación Festival Folclórico del Baile del Yariseño y el Sanjuanero Caqueteño



