Hace 9 años cuando la violencia generada por los grupos armados ilegales se había apoderado de los menores de edad de 2 vulnerables sectores de Tumaco, una pareja de lideresas comunitarias tomó las riendas de sus sectores para buscar mecanismos que en aquellos deprimidos sectores de la costa pacífica nariñense les permitiría alcanzar la paz.
Fue así como en el año 2016, Elba Gonzáles presidenta de la Junta de Acción Comunal del barrio 11 de Noviembre, Consejera Territorial para la Paz y representante de la Asociación Étnica de Mujeres ‘El Esfuerzo´, jamás se imaginó que un balón de fútbol iba a ser el estandarte para la paz.
En ese entonces, recuerda que en los barrios de la convulsionada comuna el llanto y la angustia de desconsoladas madres eran una constante, al saber que dos grupos armados ilegales se habían llevado a sus hijos.
Cierto día, cuando Elba caminaba cabizbaja por una empantanada vía de su sector observó a un grupo de niños que felices y apasionados pateaban un deteriorado balón de fútbol. En ese instante se acordó de aquellos adolescentes de los que sus madres le habían informado que sus hijos estaban inmersos en el conflicto armado.

Cuando llegó a casa, su mente estaba perturbada por el dolor moral y la desintegración familiar que en su comuna estaba generando la violencia, sin embargo, la alegría que observó en el rostro de aquellos menores de edad que en medio de la pobreza y el abandono sonreían al patear un balón, le iluminó la mente.
En ese instante, Elba no dudó en que el fútbol podía ser la alegoría de la paz y por eso con ayuda de dirigentes de 43 agremiaciones comunitarias y de 4 asociaciones de firmantes de paz, decidieron unir esfuerzos para luchar por el desarme en su comuna, la cual indica que en su tiempo era tan cruda la violencia que se vivía en los 38 barrios de su sector que se asemejaba a los hechos que en su tiempo se presentaban en la comuna 13 de Medellín en Antioquia.
Y para detener el deterioro social que en aquel entonces, el conflicto armado liderado por los alias "David" y "Guacho" estaba generando en la Comuna 5 de Tumaco, decidieron crear una escuela comunitaria de fútbol que fue bautizada como ‘Atlético 11 de Noviembre’.
Con ese proceso deportivo, Elba indica que los adolescentes que estaban entre los 13 y 17 años de edad dejaron a un lado los juegos con réplicas de armas de fuego que en las esquinas de los barrios elaboraban con pedazos de chonta y trozos de guadua.
Para Elba, lo más satisfactorio de ese proyecto deportivo es que el fútbol y las instituciones estatales le anotaron un golazo a la violencia al arrebatarle a los grupos armados ilegales 20 menores de edad que estaban en su poder.
Si bien es cierto recuerda que en aquel tiempo, los adolescentes estuvieron en poder del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), para garantizar el restablecimiento de sus derechos, posteriormente salieron de Tumaco donde el Estado les garantizó los estudios y ahora, varios de ellos trabajan como chefs en España y en otras latitudes del mundo.
Con esos logros, sus padres están tranquilos y contentos porque no solo velan por su bienestar económico y emocional, sino también por el de sus hermanitos.
Frente a esos resultados, Elba repite con insistencia que ella y las demás lideresas comunitarias, nunca se imaginaron que el fútbol en los barrios 11 de Noviembre, El Carmelo, Viento Libre, Nuevo Milenio, California, El Porvenir, El Esfuerzo, Ciudadela y Nuevo Horizonte; iba atenuar los negativos efectos de la violencia.
Cultura, deporte y convivencia
Otra lideresa comunitaria que en ‘La Perla del Pacífico’ nariñense se unió a los esfuerzos sociales y de organizacionales internacionales para ‘sacarle tarjeta roja’ al conflicto armado es Melba Angulo; dirigente cívica del barrio Villa Lola de la Comuna 2 e integrante de la fundación ‘Mujeres Construyendo Paz’.
A lo largo de los 13 años que en su zona lidera permanentes procesos sociales para mejorar la convivencia y darle paso a la convivencia pacífica, asegura que la cultura y el deporte han sido sus grandes y mejores aliados.
En el 2012 cuando la violencia estaba en pleno auge, trajo a su mente aquellos momentos en los que los menores de edad que en su mayoría permanecía en las calles, siempre se involucraba en serios problemas.
Para que comprendieran la importancia que tiene la paz para ellos y sus familiares, indicó que la puesta en escena de la obra teatral titulada ‘Jóvenes en Conflicto’, fue vital.

Muchos de ellos reflexionaron y entendieron que las armas y la violencia no son el mejor camino, por eso decidieron cambiar esos malos hábitos por la música y el deporte.
Ahora, el llanto que en su tiempo les generó el conflicto armado se transformó en arte y por eso aquellos jóvenes que habían hecho de las calles su ‘segundo hogar’, disfrutan la vida y el tiempo libre en diferentes colectivos artísticos; bailando bambuco y currulao.
Como complemento a dichos programas de integración social, Melba precisa que desde hace 4 años cuando nació la escuela comunitaria de fútbol ‘Los Renacientes del Pacífico’, la juventud de la Comuna 2 de Tumaco le dijo adiós a la violencia.