Colombia conmemora el Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas
Cada 2 de noviembre, el mundo conmemora el Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas, una fecha establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 8 de diciembre de 2013, en memoria del secuestro y asesinato de dos periodistas franceses durante el cubrimiento de las elecciones legislativas en Malí.
Más que un día para reflexionar sobre los crímenes y la impunidad que rodea el ejercicio periodístico, esta conmemoración es un llamado urgente a los Estados, especialmente aquellos inmersos en contextos de violencia, a adoptar medidas concretas para prevenir agresiones contra la prensa, sancionar a los responsables y garantizar la reparación a las víctimas. Todo ello, como parte del compromiso con la libertad de expresión consagrado en el Derecho Internacional Humanitario.
De acuerdo con Reporteros Sin Fronteras (RSF), en su informe de 2024, 54 periodistas fueron asesinados este año en 17 países del mundo, en el ejercicio de su labor o a causa de ella. Dos de estos casos ocurrieron en Colombia. Con estas cifras, ya son 1.700 periodistas asesinados en los últimos 20 años. Además, según el mismo informe, 55 profesionales de los medios permanecen secuestrados, entre ellos dos capturados en Yemen en 2024. RSF también advierte que cerca de 100 periodistas están desaparecidos, más del 25 % de ellos en la última década.
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En Colombia, el panorama también resulta alarmante. Según la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), la violencia contra periodistas se ha intensificado en los últimos años. Desde 2020, diez comunicadores han sido asesinados por razones relacionadas con su labor. En 2024, se registraron 536 agresiones, incluyendo tres homicidios y 222 amenazas, lo que convirtió este año en el más violento de la última década. Las formas de ataque más recurrentes son las amenazas, la estigmatización y la obstrucción del trabajo periodístico, muchas de ellas permanecen en la impunidad.
En esa misma línea, la polarización política que vive actualmente el país ha generado un ambiente propicio para agresiones y constantes ataques hacia medios de comunicación públicos. En este contexto, el Sistema de Medios Públicos de Colombia (RTVC) ha sido víctima de obstrucciones a su labor informativa durante la cobertura de movilizaciones tanto del Gobierno nacional como de sectores de oposición, afectando el ejercicio de la libertad de prensa consagrada en la Constitución Política.
Recientemente, el periodista y director de RTVC, Holman Morris, recibió amenazas de muerte tras la publicación de una investigación sobre una presunta víctima de los bombardeos estadounidenses contra embarcaciones en el mar Caribe. Aunque estas amenazas ya están siendo investigadas por la Fiscalía General de la Nación, la preocupación y el temor entre el equipo periodístico de RTVC aumenta, pues numerosos casos de hostigamientos, insultos y señalamientos han quedado sin esclarecimiento. “Meses atrás, la Fiscalía abrió una investigación de oficio por el delito de acoso en la que RTVC y yo somos víctimas, aún no se mueve en la fiscalía”, indicó Morris a través de su cuenta de X.
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Asimismo, el director señaló que las amenazas contra su integridad física y contra RTVC se están convirtiendo en un hecho peligrosamente cotidiano, como consecuencia de una matriz de odio promovida por algunos sectores políticos, con afirmaciones tales como “RTVC cómplice del vandalismo” “Las Emisoras de paz son emisoras de las disidencias”. Dichas declaraciones ponen en riesgo a más de 90 periodistas que integran las Emisoras de Paz y que diariamente trabajan por la construcción de paz en zonas de conflicto.
Emisoras de Paz: Entre el temor y la construcción de paz
Gracias al punto 6.5 del Acuerdo de Paz, Colombia cuenta hoy con 20 Emisoras de Paz al servicio de las comunidades en zonas históricamente afectadas por el conflicto armado. Desde la apertura de la primera estación radial en Chaparral, Tolima, en 2016, estas emisoras han sido promotoras de mensajes de paz y reconciliación, brindando voz y visibilidad a poblaciones olvidadas por el Estado colombiano.
Sin embargo, esta labor se ha visto opacada por la creciente polarización política que atraviesa el país, la cual ha intensificado las tensiones y las agresiones hacia la prensa.
En febrero pasado, el portal informativo Infobae publicó una nota titulada: “Disidencias de las Farc en el Cauca tendrían ‘emisora propia’ para transmitir sus mensajes: esta sería la prueba”, basada únicamente en un video difundido en redes sociales y sin contrastar la información. Tales afirmaciones fueron rechazadas y denunciadas por RTVC, pero hasta la fecha no han sido rectificadas ni aclaradas por el medio. La publicación continúa disponible en la web, alimentando un ambiente de desinformación y estigmatización contra las Emisoras de Paz.
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Sin embargo, el equipo periodístico del Sistema de Medios Públicos de Colombia continúa trabajando por la construcción de paz, la defensa de los Derechos Humanos y el respeto a la Constitución, una línea editorial que sostiene con rigor, pero que no debería poner en riesgo la vida de quienes ejercen el periodismo.
En el Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas, el país debe recordar las vidas que se han perdido en el ejercicio del periodismo, en la búsqueda de la verdad, en un territorio que ha permanecido sumido en la violencia durante décadas. Fortalecer la libertad de expresión, la libertad de prensa y el derecho de la ciudadanía a estar bien informada es una responsabilidad democrática de todas las naciones.