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Incidente de agresión en CDI La Esmeralda pone en alerta la seguridad y gestión del ICBF San Andrés

Un caso de agresión ocurrido el 10 de junio en el CDI La Esmeralda, en San Andrés, encendió las alarmas sobre la falta de seguridad en las áreas infantiles del plantel. Padres denuncian desprotección, mala administración de recursos y ausencia de respuestas por parte del ICBF y la fundación encargada.
Incidente de agresión en CDI La Esmeralda en San Andrés expone fallas en seguridad y gestión del ICBF
Foto: Kris García
Kris García López

Un reciente incidente de agresión en el Centro de Desarrollo Infantil (CDI) La Esmeralda del ICBF en San Andrés, ha generado gran preocupación entre padres de familia y la comunidad educativa, poniendo en evidencia presuntas deficiencias en la seguridad y la gestión administrativa de la institución. 

El incidente se presentó el pasado 10 de junio y se desencadenó cuando una persona con discapacidad accedió sin autorización a las instalaciones del CDI con el fin de utilizar el baño. Aproximadamente 30 minutos después, un fuerte olor alertó al personal. Al intentar ofrecer ayuda, la directora del plantel fue recibida con una respuesta agresiva por parte de la persona, quien, a pesar de aparentar invidencia, comenzó a lanzar improperios y demostró tener visión al intentar agredir a la coordinadora. La intervención policial fue necesaria para evacuar a la persona de las instalaciones.


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Este suceso ha puesto de manifiesto una solicitud de larga data por parte del control social del plantel, que desde el año pasado ha pedido la asignación de un guardia de seguridad para la sección donde se encuentran los niños. Sin embargo, esta petición ha sido denegada tanto por la administración central del CDI como por la gobernación. En contraste, la sección administrativa, contigua a la de los menores, cuenta con cuatro guardias de seguridad, ninguno de los cuales brindó apoyo durante el incidente.

Judna Arango, madre de uno de los menores presentes durante el incidente, compartió su angustia: "Es inaceptable que nuestros hijos no estén seguros en un lugar donde se supone deben estar protegidos. Lo que pasó el lunes fue una alarma, pudo haber sido algo peor y la respuesta fue muy lenta. Sentimos que la seguridad es una prioridad para la sección administrativa, pero no para la zona de los niños".

Por su parte, Arleth Rodríguez, otra madre afectada, expresó su frustración ante la falta de acción: "Llevamos mucho tiempo pidiendo un guardia para el área de los niños. Es incomprensible que la administración central y la gobernación ignoren esta necesidad tan básica. La seguridad de nuestros hijos no puede ser negociable".

Además de las preocupaciones por la seguridad, la comunidad educativa denuncia la precaria situación en la administración de fondos. El CDI La Esmeralda no tiene autonomía para gestionar sus propios recursos y adquirir los servicios o materiales necesarios. Estos fondos son administrados por la fundación "Apoyarte del Pacífico", la cual, ni siquiera cuenta con presencia en el archipiélago.

Padres y personal lamentan la notoria falta de apoyo de la fundación, que, según afirman, brilla por su ausencia en la provisión de materiales didácticos para los niños. Incluso, en contravención a la ley que estipula cuatro uniformes por empleado, la fundación solo entrega una única unidad al personal por un máximo de 3 veces al año. A pesar de los intentos por obtener una declaración oficial, el personal administrativo del CDI mostró nerviosismo ante órdenes centrales que les prohíben hablar con los medios de comunicación.

 

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