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Llamado a la unidad: presidente, Congreso y Cortes contra la violencia política

Tras el llamado del presidente, el Congreso y las altas Cortes se comprometen a erradicar la violencia política en una muestra de unidad institucional que busca calmar la crisis tras el atentado contra Miguel Uribe Turbay.
Presidente, Congreso y Cortes rechazan violencia política tras atentado a Miguel Uribe
Foto: Prensa Arquidiócesis
Camila Rivera

Las principales autoridades de Colombia suscribieron este lunes un documento de compromiso para el desescalamiento del lenguaje y el rechazo a la violencia política, durante una cumbre realizada en la sede de la Curia Arzobispal de Bogotá por iniciativa de la Iglesia Católica.

El encuentro, que aún se encuentra en desarrollo, contó con la participación del presidente Gustavo Petro, quien junto a los representantes de las diferentes ramas del poder público se comprometió a promover un ambiente de mayor armonía en el país.


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A la convocatoria de la Iglesia respondieron el presidente del Senado, Efraín Cepeda; el presidente de la Corte Constitucional, magistrado Jorge Enrique Ibáñez Najar; el presidente de la Corte Suprema de Justicia, magistrado Octavio Augusto Tejeiro; y el presidente del Consejo de Estado, magistrado Luis Alberto Álvarez Parra.

También participaron el procurador general de la Nación, Margarita Cabello Blanco; el contralor general de la República, Carlos Hernán Rodríguez; la defensora del Pueblo, Iris Marín; el registrador nacional del Estado Civil, Hernán Penagos Giraldo; y la directora del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República, Angie Lizeth Rodríguez.

Durante la ceremonia, los asistentes elevaron una oración especial por la vida del senador Miguel Uribe Turbay, quien permanece hospitalizado tras el atentado que sufrió, y por todas las víctimas de la violencia en Colombia.

La iniciativa surge en un momento de alta tensión política en el país y busca generar un compromiso institucional para moderar el discurso público y rechazar cualquier manifestación de violencia en el ejercicio de la actividad política.

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