Durante estos primeros 18 meses de mandato, Mikhail Krasnov asegura haber sido blanco de denuncias judiciales, campañas de desinformación y bloqueos institucionales, todo según él, mientras intenta sanear una deuda heredada superior a los $130 mil millones, resultado de compromisos adquiridos sin respaldo financiero por administraciones anteriores.
Krasnov afirma que, pese a las dificultades, la gestión avanza. Asegura que en más de una década no se realizaban mantenimientos viales de fondo; y que hoy, más de 30 barrios y veredas tienen calles renovadas. Se han recuperado cárcavas, mejorado acueductos rurales y gestionado recursos ante el Gobierno nacional por más de $60 mil millones. Todo sin endeudar al municipio, con disciplina fiscal y decisiones impopulares pero necesarias. Además, se firmaron acuerdos intermunicipales para fortalecer corredores regionales, y se impulsan programas sociales de alto impacto.
No te lo pierdas: Pdte. Petro y Lidio García se reunieron para definir la hoja de ruta para los proyectos legislativos del Gobierno
“Desde el primer día nos pusieron en la mira. No por robar, no por corrupción, sino por no arrodillarnos ante los mismos de siempre y la ciudadanía lo sabe”, ha dicho el mandatario en espacios públicos.
Sin embargo, un proceso en curso ante el Consejo de Estado amenaza con truncar su mandato. Aún sin decisión definitiva, se le cuestiona una presunta inhabilidad por haber sido docente universitario. Nada relacionado con corrupción ni contratación indebida. Muchos ciudadanos del sector respaldan el mandato y afirman que Tunja ha tenido resultados positivos.
“La gente en los barrios no come cuento”, afirma Martha, habitante del sector San Ignacio. “Aquí lo vemos trabajando, dando la cara. No como otros que solo aparecían en campaña”. Mientras la tensión aumenta, el respaldo ciudadano también crece. En una ciudad con memoria, gobernar con honestidad se ha convertido en su mayor fortaleza.