Todo comenzó hace más de un siglo: el 1 de mayo de 1914, en Bogotá, la Unión Obrera organizó la primera celebración del Día del Trabajo.
Un desfile que partió desde la Plaza de Bolívar hasta el barrio La Perseverancia, donde se entonó el Himno Nacional y se colocó la primera piedra de un monumento al trabajo. Un año después, en 1915, unas 3.000 personas marcharon por la capital en la primera gran movilización obrera.
El espíritu de esas luchas sigue vivo en figuras como María Cano, "la flor del trabajo", y Betsabé Espinal, quien en 1920 lideró la primera huelga de mujeres en Colombia desde una fábrica textil en Bello. Ellas abrieron el camino hacia derechos que hoy damos por sentados: la jornada de 8 horas, el salario mínimo, la seguridad social.
Pero aún hay deudas: informalidad, brechas salariales y empleos precarios siguen afectando a millones. Por eso, este 2025, las calles de Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cartagena y 200 municipios más se llenaron de voces, pancartas y tambores. Trabajadores, jóvenes, sindicatos y movimientos sociales salieron a exigir condiciones dignas y a respaldar la consulta popular.
Desde la Plaza de Bolívar, el presidente Petro encabezó la jornada con la espada de Bolívar en mano y un mensaje claro: el pueblo es soberano.
Radicó ante el Senado la consulta popular con 12 preguntas orientadas a revivir su reforma laboral, archivada meses atrás. La propuesta incluye recargo nocturno desde las 6 p.m., mejor pago por trabajo en festivos, y formalización para trabajadores de plataformas digitales.
Hoy, Colombia no solo marchó. Recordó, exigió y propuso. Porque la historia del trabajo en este país no está escrita en mármol, sino en las calles.
Hoy, Bogotá puede decir y el propio alcalde lo reconoce, que las manifestaciones se dieron de manera pacífica salvo unos hechos aislados.
Bogotá y toda Colombia enviaron un mensaje de paz.