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Los Leguía: acordeón y pintura para la paz

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Los Leguía: acordeón y pintura para la paz

En la vereda ‘El Alférez, en El Carmen de Bolívar, habitan ‘Los Leguía’, una familia de artistas que con música y pintura soportaron el conflicto armado. Su casa está ubicada en la cima de una enorme montaña montemariana, desde ahí divisan la inmensidad de una región que los inspira y en la cual resistieron el conflicto, creando juntos.

Más Episodios

Episodio 4 - Inquebrantables
Desde las montañas de Convención, Norte de Santander, un joven campesino resiste con panela, sueños y esperanza. Darío Manosalva apostó por quedarse en el campo, por estudiar, por sobrevivir a la violencia… y por recuperar el cultivo que le da identidad a su comunidad: la panela.En este episodio conocemos su historia de superación, herencia familiar y resiliencia en una región marcada por el conflicto, pero llena de vida.Investigación y narración: Johanna LoboProducción sonora: Camilo Reina 
Farid y María Griselda: dos voces, una resistencia
Farid Julicué y María Griselda Patiño, son una pareja que ha vivido toda su vida en Caldono, el municipio que más hostigamientos y tomas guerrilleras vivió en el departamento del Cauca en el marco del conflicto armado, previo al Acuerdo de Paz 2016.  Su historia es la historia de una familia que ha puesto su vida al servicio de la paz, siendo los creadores de un ejercicio de resistencia civil, que en el año 2002, convocó a los habitantes de los municipios a impedir que los grupos armados se tomaran el municipio nuevamente.  “Armados” de banderas y camisetas blancas, construyeron un ejercicio de defensa para su municipio, que además fue referente para generar diálogos e intenciones de paz entre los frentes guerrilleros y el país. Esta es la historia de esta pareja, que hoy son un referente de paz de Colombia. 
MAMBRÚ ya no quiere ir a la guerra
En Pondores, La Guajira, 160 niños y jóvenes están escribiendo una nueva historia. Lejos del sonido de las balas, ahora resuenan tambores, canciones de vallenato y risas infantiles. Ellos son los hijos de la paz, una generación que, desde la cultura y el cuidado del medio ambiente, está transformando un territorio herido por la guerra.En este episodio de la nueva temporada de Inquebrantables: voces del cambio, escuchamos las voces de quienes nacieron en medio de la incertidumbre, pero eligieron el arte, la música y la esperanza como camino. Su mensaje es claro: Mambrú ya no quiere ir a la guerra. Quiere jugar, cantar y construir un país en paz
En plena zona de despeje, mientras el conflicto armado se agudizaba en San Vicente del Caguán, Caquetá, una mujer decidió sembrar esperanza con libros.Reina Amparo Restrepo, religiosa y educadora, creó un círculo de lectura para niños y niñas en medio de la guerra, haciendo del acto de leer un gesto de esperanza, superación y motivación. En este episodio de Inquebrantables, descubrimos la historia de esta mujer valiente que desafió el miedo con palabras, construyendo paz desde las páginas de un libro. 
Podcast en Colombia
Ana María Rocha Vergara es una lideresa de El Carmen de Bolívar que por años ha entregado su vida por los más necesitados de la cuna de Lucho Bermúdez, sobre todo por la población con discapacidad de ese municipio, muy a pesar de que ella anima, gestiona, ayuda, comparte y lucha desde su silla de ruedas.
MAMBY: SELVA, PINTURA Y VIDA
En esta entrega de Inquebrantables: voces del cambio, presentamos la historia de Angélica Mamby, una mujer que usó la pintura para desafiar los traumas que le dejó la guerra. Ella vivió  la toma guerrillera ocurrida en el municipio de Miraflores, Guaviare, en 1998. Ese episodio que marcó su vida la sumió en la depresión, pero inspirada en los paisajes de la amazonía, tomó un pincel e hizo del arte su sustento de vida y una herramienta de superación. Actualmente, Angélica tiene una escuela llamada Mamby, como su apellido, un lugar para que niños y adultos aprendan sobre el poder sanador de la pintura.  
Acuerdos de paz
Ingrid estudió para ser enfermera y nunca se imaginó que el chocolate le ayudaría a salir de la situación de conflicto que se vive en su territorio. Con el impulso de su padre y algunas capacitaciones, ha encontrado la fórmula secreta que no solo le ha servido para superar sus dificultades, sino también para apoyar a mujeres que han sido víctimas de la guerra y familias que decidieron reemplazar los cultivos de uso ilícito por el chocolate. 
Sergio es un muchacho como muchos en el Catatumbo que no veía un mejor futuro que los cultivos de uso ilícito. Sin embargo, un proyecto de café logró transformar su vida al pasar de ser un raspachin a convertirse en el catador de café más joven de Convención, cambiando completamente su pensamiento, pues se negaba a creer que otros cultivos le dieran tanta rentabilidad como la coca. Ahora, este sueño lo impulsa a incentivar a más jóvenes para que también dejen la ilegalidad y le apuesten a la producción de cafés especiales.