El pasado domingo 8 de junio de 2025, la periodista Gelitza Jiménez, de RTVC Noticias, realizaba un cubrimiento informativo desde la Fundación Santa Fe sobre el estado de salud del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe, quien fue víctima de un atentado un día antes, el sábado 7 de junio.
Durante la labor periodística, Jiménez y su camarógrafo fueron hostigados por personas que se encontraban en el lugar. La periodista relató lo ocurrido para Radio Nacional de Colombia.
“Estaba haciendo mi trabajo, informando sobre lo que estaba pasando desde allá”, explicó.
Sin embargo, contó que “nos comenzaron a tratar mal, diciéndonos palabras bastante ofensivas”, dijo Jiménez.
“Me llamaron terrorista, que lo que le había sucedido al candidato era nuestra culpa. Me llamaron asesina”, agregó.
En medio de las transmisiones en vivo para Señal Colombia, la periodista reportó que una mujer intentó agredirla físicamente.
“Una señora me intentó como pegar con una sombrilla”, narró. “Y lo más triste es que toda esta incitación de odio la generaron las mismas mujeres, que no debería ser así”.
Llamado al respeto y la libertad de prensa
Jiménez hizo un llamado a la ciudadanía a respetar la labor de los periodistas:
“Solamente estaba haciendo mi trabajo. El llamado es al respeto, a que uno pueda trabajar libremente y no sentir miedo, porque ahora uno ya siente temor al salir a las calles”.
Amenazas recientes a periodistas de RTVC
El caso se suma a una serie de agresiones y amenazas contra periodistas del Sistema de Medios Públicos.
Recientemente, Sandra Chindoy, primera presentadora indígena en la historia de la televisión pública, recibió amenazas de muerte.
A su vez, el gerente de RTVC, Hollman Morris, también ha denunciado amenazas contra su vida y campañas de desinformación dirigidas al equipo directivo y periodístico del canal.
Organizaciones internacionales como CLACSO han expresado su preocupación por el aumento de los ataques y el clima hostil contra el periodismo público en Colombia, en un momento en que la desinformación se ha convertido en un riesgo constante para la libertad de prensa.